Aunque el grueso de la gente no lo sabe, los magos, aquellos artistas que viven su vida haciendo realidad los sueños de las personas, tienen su propio día dentro de los 365 días del año. Y ese día, El Día del Mago, es hoy, 31 de enero.
En un punto determinado de la historia, dos ramas tan alejadas como el Catolicismo y la Magia formaron una unidad, y esa unidad tiene nombre y apellido: San Juan Bosco (1815-1888), hoy considerado el Patrono de todos los Magos.
San Juan Bosco fue un sacerdote italiano del siglo XIX que educaba a los jóvenes necesitados utilizando trucos de magia para graficar y explicar sus ideas. Murió el 31 de enero de 1888, y fue canonizado el 1º de abril de 1934.
En 1953, en un congreso de magia realizado en Segovia (España), fue elegido como patrono de los magos e ilusionistas, celebrándose desde entonces en la fecha de su muerte (31 de enero) El Día de los Magos.
Así que ya sabes, si conoces a algún mago o si simplemente te gusta lo que ellos hacen, hoy es un día especial para felicitarlos.
¡FELICITACIONES A TODOS LOS MAGOS!
Un poco de historia
Cuando la mayoría de las personas, católicos o no, descubren que existe un santo católico cuya esfera de influencia incluye al mundo de la magia, por lo general se preguntan si esto realmente es cierto. La respuesta es que si, es muy cierto. El 31 de enero es el día reservado en el calendario litúrgico católico en honor a San Juan Don Bosco. Don no es simplemente una honorificación Italiana para una persona respetada, es el equivalente al título inglés de Sir. Fue mencionado como Don incluso durante su vida por los aldeanos y niños de los que se ocupó.
Muchas personas se preguntan cómo es posible que la Iglesia Católica y la Magia se mezclen tan perfectamente. La explicación es que durante la última mitad del siglo XIX, los pobres de Europa padecian los efectos de la industrialización, Don Bosco vio como la mayor parte de los niños en su pueblo permanecían incultos y excomulgados. Después de la misa los domingos, se juntaba con sus pequeñ0s amigos a contarles las historias de la biblia que había aprendido en la iglesia. Para mantener su atención utilizaba Trucos de Magia mientras relataba las historias.
Como hombre joven, Don Bosco se convirtió en sacerdote y dirigió un ministerio solamente para niños pobres. Necesitó una manera de conseguir niños interesados en venir a la iglesia y de aceptar la ayuda que él ofrecía. Así utilizó rompecabezas, adivinanzas y juegos de malabares, pero era la Magia la atracción que más acaparaba la atención de los chicos. Las historias que han llegado hasta nosotros por sus contemporáneos incluyen algunos trucos específicos que él realizaba; se dice que era muy bueno para atar tres trozos de cuerda para transfórmalas luego en un sola soga sin ataduras para explicar el misterio de la trinidad cristiana. También se sacaría monedas de los oídos y cambiaría pequeñas piedras en dinero deleitando a los niños que estaban bajo su cuidado.
Don Bosco comenzó una comunidad de sacerdotes católicos de monjas y de hermanos que todavía hasta el día de hoy ayudan a los niños de la calle y a los jóvenes de pandillas de todo el mundo, incluyendo la ciudad de Nueva York.
Magos católicos de Europa todavía celebran este día mediante la realización de actos a beneficio para niños con necesidades. En los Estados Unidos también hay Magos católicos que celebran este día de otras formas creativas. Aunque esta fecha podría pasar fácilmente, como lo ha hecho otras tantas veces, es gratificante sentarse y reflexionar, seas o no católico, en el “efecto mágico” que tienen los trucos en las personas y especialmente en los niños.
La verdadera Magia ocurre cuando durante la presentación podemos transportar a nuestra audiencia a otra realidad y aun mundo alternativo, incluso si sólo es durante algunos segundos. Ser capaces de mostrar algo fantástico e “increíble” es nuestro principal deseo. La Magia nos permite generar incógnitas, jadeos, risas y dejar con la boca abierta a quien queramos. Intencionadamente dejamos estupefactos, asombrados, hipnotizados, cautivados a las personas, y no asombramos para ninguna otra razón que para ver risas en miles de caras.
No es tan extraño que de nuestro público los que mas valoren sean a menudo los niños: son los más predispuestos a suspender temporalmente sus creencias. Cuando miramos hacia atrás y recordamos el primer Truco de Magia que contemplamos, no es tan difícil ver por qué Don Bosco eligió a la reina de las artes para ayudar a los niños.
Giovani Bosco, nació el día 16 de agosto de 1815, en Becchi, en una aldea del norte de Italia, Castelnuevo D’Asti.
Este original personaje era hijo de humildes obreros, cristianos, italianos y pobres. Solamente tenia dos años cuando murió su pabre. Su madre “Mamá Margarita”, se encontró sola con tres niños y en la mas profunda miseria. A consecuencia de ello, el pequeño Juan se dedicó desde muy joven a trabajos de jornalero. Fue sucesivamente pastor, aprendiz y saltimbanqui. Al mismo tiempo y siempre que podía ocupaba los pocos ratos de ocio estudiando.
A los veinte años entró en el seminario y el 5 de junio de 1841 fue ordenado sacerdote.
Dom Bosco, apóstol de la juventud y hombre entregado al bien del prójimo, se dedicó con su amor e “ilusión” a la ayuda de los más necesitados. Creó patronatos y escuelas primarias y contruyó basílicas. Fundó dos Congregaciones y una Orden Tercera – los Cooperadores Salesianos -, que cuenta actualmente con mas de quinientos mil miembros.
Según el P. Ramón Reguart S.I., «cita que debido a su fabulosa imaginación y extraordinaria capacidad intelectual, llegó a ser un excelente prestidigitador, con el único objetivo de ganar almas por medio de la práctica de este arte».
En 1886 Dom Bosco visitó Barcelona (cuna de grandes magos), e hizo una profecía diciendo las siguientes palabras: “En el Tibidabo debería ser erigido un templo al Sagrado Corazón de Jesús”. Dos años después, el día 31 de enero de 1888, fallecía de Turín, y sus restos mortales son visitados como sagrada reliquia en el Altar Mayor de la Basílica de nuestra Señora de la Ayuda.
En fecha 2 de junio de 1920, fue beatificado, y el día 1 de abril de 1934, fue canonizado por S.S. el Papa Pío XI.
En consecuencia y por tal motivo, como figura humana y artística ejemplar, los ilusionistas le eligieron como su santo Patrón celebrando dicha Festividad, el día de su fallecimiento 31 de enero, San Juan Bosco.
Este santo hombre consagró su vida a la religión y a la caridad, y encontró tiempo suficiente para poder desarrollar otro talento, que fue el de ilusionista. Desde su mas tierna infancia utilizó sus dones extraordinarios de prestidigitador para divertir a las gentes de su aldea. Y por toda recompensa, él pedia solamente… oraciones.