Mérida,  mayo  de 2023; La hipertensión arterial pulmonar (HAP) puede presentarse en cualquier etapa de la vida y poner en riesgo la salud, por tal motivo, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Yucatán, orienta sobre este padecimiento y otorga algunas recomendaciones para poder detectarla de manera temprana.

El coordinador de Atención Médica en Primer Nivel, doctor Julio Francisco Hernández Carrillo, explicó que la falta de aire, incluso sin actividad física, fatiga al menor esfuerzo y palpitaciones, pueden ser síntomas de hipertensión arterial pulmonar, que de no acudir a un chequeo médico y llevar un tratamiento a tiempo, podría generar complicaciones que pongan en riesgo la vida del paciente.

“En esta enfermedad, los vasos sanguíneos se endurecen y estrechan, por lo que transportan la sangre con poco oxígeno desde el corazón hasta los pulmones, lo que significa un esfuerzo extra del corazón, ya que tiene que trabajar más para hacer pasar la sangre por los pulmones”, explicó el especialista.

Es posible que la hipertensión pulmonar no provoque síntomas al principio. Sin embargo, a medida que la enfermedad progresa, éstos pueden incluir falta de aire, con o sin actividad física; fatiga, tos, mareos, opresión en el pecho e hinchazón en tobillos y piernas.

No existe una causa identificada para esta afección, aunque se le ha asociado a cambios en un gen que se trasmite de padres a hijos (hipertensión arterial pulmonar hereditaria); uso de ciertos medicamentos o sustancias ilegales; problemas cardíacos presentes al nacer (enfermedad cardíaca congénita), así como otras  enfermedades, tales como enfermedad hepática crónica (cirrosis) y trastornos como lupus y otros.

Aunque la hipertensión arterial pulmonar puede padecerla un niño, un joven o una persona con más de 60 años de vida, se ha registrado que suele predominar en mujeres.

Por lo tanto, para un diagnóstico oportuno se sugiere a las personas que, ante la mínima evidencia de alteración en su respiración o la constante falta de aire aún sin esfuerzo, se recurra a un chequeo médico.

De igual forma, se recomienda que, aunque no se tengan síntomas, los integrantes de las familias programen mínimo una vez año, un chequeo médico preventivo, incluyendo a los menores de edad; ya que con ello se logra prevenir o detectar de manera temprana cualquier padecimiento que pudiera poner en riesgo la salud.

Finalmente, Hernández Carrillo se reitera el exhorto para que las personas que cuentan con este diagnóstico no suspendan o modifiquen sus tratamientos, sin supervisión de un especialista; además de seguir en todo momento las citas e indicaciones emitidas por sus médicos.