Colaboración: Margarita Robleda Moguel

margarita_robleda@yahoo.com

La migración no viene sólo en familia, son empresas y secretarías las que se están trasladando

Consecuencias

A nadie nos gusta pensar en las consecuencias de nuestros actos, hasta que estos nos atropellan. Recuerdo que previo al encuentro de los Premio Nobel de la Paz hubo una feria de inmobiliarias que aprovechaban el slogan para vender a Mérida como la ciudad de la Paz. Desde entonces comencé a escribir invitando a los posibles clientes a no venir por miedo, ya que la violencia atrae a la misma, que su migración fuera con el deseo de construir, junto con los habitantes de Mérida, la ciudad de la paz y la armonía que todos merecemos. Así mismo, preguntaba a las autoridades sobre si la planeación de vialidades, distribución de agua, luz, aéreas verdes y demás servicios estaban incluidos en los permisos de las inmobiliarias, que parecen ser las únicas ganonas del caos en que nos estamos convirtiendo.

Diciembre, con su habitual ronda de pendientes de regalos y organización de fiestas, urgencias por vernos y reafirmar nuestros lazos en desayunos, comidas y cenas, cafecitos y brindis, multiplicados por nuestra urgente necesidad de socializar después del cautiverio… se está enfrentando a los atorones de un tráfico descomunal en que los tiempos de traslado no tienen que ver con lo conocido, y a una falta de tolerancia que provoca carambolas.

Desconozco la cantidad de personas que han llegado con el objetivo de fincar su nido en este árbol yucateco, pero la variedad de placas de todo el país me da una idea de la riqueza de culturas que nos llega y, también, la preocupación de si esto está contemplado por los especialistas, para realizar trabajo de información e integración entre unos y otros.

La directora de una primaria que tiene alumnos de todos los estados y de varios países me cuenta el trabajo que representa para todos, maestros, alumnos y padres de familia, ponerse de acuerdo para trabajar unidos en beneficio de la comunidad que están construyendo. Su compromiso y esfuerzo me llena de esperanza.

Espero que este caos vial que estamos padeciendo deje muy claro las consecuencias catastróficas que tendríamos con el estadio sustentable. ¡Auxilio! Entonces sí, ¿quién podrá salvarnos?

La migración no viene sólo en familia, son empresas y secretarias las que se están trasladando. ¿Se consideró el impacto social y ambiental para unos y otros?

Todos somos migrantes, una parte de nuestros abuelos llegaron allende el mar, la vida nos va llevando en búsqueda de una mejor calidad para la familia; sin embargo, en este proceso estamos incluidos todos: los que estamos y nos cerramos al sentirnos atropellados por el miedo a lo diferente, los que llegan y exigen encontrar el estilo de vida que dejaron y las autoridades que fueron elegidas por nosotros para propiciar, con su planeación, organización y compromiso, que el juego nos beneficie a todos.

Por eso, ahora más que nunca, urge hacer nuestra la invitación que nos trajo el nacimiento del Niño, hace más de 2 mil años: “Paz a los hombres de buena voluntad”. Sus consecuencias harían la diferencia.

margarita_robleda@yahoo.com