Colaboración:Lic. En Tanatología Yeni Campos Canul

Tanatóloga Psicoterapeuta

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Tanatología Consejería Y acompañamiento

¡¡Hola!!

Hoy platicaremos a cerca de cómo vivimos el proceso cuando nuestros hijos dejan el Nido, que son como las aves que tienen que perder el vuelo.

Cuando nuestros hijos dejan el nido, el hogar, se convierten en aves que comienzan a aletear hacia otros rumbos distintos, uno propio, lleno de aventuras, de nuevas experiencias y aprendizajes.

Procesar y lidiar con la partida de los hijos del hogar no es fácil, ni hay que minimizar está experiencia que nos va a doler. Después de vivir bajo el mismo techo durante muchos años, llega el momento en que alcanzan la mayoría de edad, aunque algunos incluso lo hacen antes, y deciden tomar su propio camino en la vida y dejan el nido, el hogar que les formó y les dio seguridad, amor, y muchas vivencias por tantos años.

Sin embargo, esto lo sabes desde siempre, simplemente es necesario que comprendas que ésta nueva etapa en la vida de nuestros hijos en los que ya no dependen de ti, de nosotros tanto como antes estaba destinada a pasar. Deja las preocupaciones y y esos pensamientos de lado, tus hijos se han ido para independizarse, a crecer y comenzar su propia vida, permíteles realizarlo. No los presiones, menosprecie los hagas sentir mal por ello. Déjalos que vivan sus propias vivencias, y si se equivocan, no pasa nada, van aprender de cada cosa que hagan. Tú lo hiciste en el pasado y ve hasta dónde has llegado, todo lo que has aprendido y lo que nos falta por vivir y crecer.

-El ciclo y procesos de la vida es algo natural, necesario y completamente normal. –

Es hora de volar, Ya les crecieron alas y quieren vivir, volar. Tienen una vida y camino, quieren explorarlo, experimentarlo, tienen alas y quieren volar, salir y vivir. Tú quedas adentro, en enseñanza en el cimiento de su edificio, de su casa, en la raíz de su árbol, en la corteza de su estructura, en lo profundo de su corazón, en la calidad de su alma, en lo más profundo de su ser.

Es hora de dejar el Nido, y crecer en su trascendencia de vida.

Yeni Campos

Tanatóloga