Mérida, Yucatán, 12 de junio de 2025.– Con el objetivo de preservar y fortalecer el arte del bordado tradicional maya, artesanas del Consejo Estatal de Bordadoras de Yucatán se reunieron en el Gran Museo del Mundo Maya para dar seguimiento al Plan de Salvaguardia del Bordado Maya Yucateco, una estrategia respaldada por la Secretaría de la Cultura y las Artes (Sedeculta) y la UNESCO.
Maestras bordadoras de municipios como Abalá, Dzán, Hoctún, Izamal, Maní, Muna, Oxkutzcab, Tahdziú, Teabo, Tekax, Tekit y Valladolid participaron en esta jornada de análisis y planeación, donde intercambiaron experiencias, evaluaron avances y delinearon acciones a realizar durante lo que resta del año.
Este esfuerzo forma parte del Renacimiento Maya, iniciativa del Gobierno del Estado que busca revitalizar las prácticas culturales ancestrales de Yucatán. Durante la sesión, se abordaron temas clave como la transmisión de conocimientos entre generaciones, el impacto de las imitaciones industriales en la economía de las bordadoras y la necesidad de incluir este arte en el Inventario del Patrimonio Cultural Inmaterial de México.
La titular de Sedeculta, Patricia Martín Briceño, hizo un llamado a valorar el trabajo hecho a mano y expresó su preocupación por la creciente presencia de patrones impresos y bordados generados por máquinas, que restan autenticidad y dañan la sostenibilidad de las comunidades artesanas.
Por su parte, Fidencio Briceño Chel, director general de Museos y Patrimonio, subrayó que el Plan de Salvaguardia es fruto de un esfuerzo colectivo que busca reconocer a las bordadoras como auténticas guardianas de una herencia cultural viva.
El encuentro también contó con la participación de representantes del Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI) y del Instituto Yucateco de Emprendedores (IYEM), quienes ofrecieron orientación para la protección legal y el desarrollo económico de este arte tradicional.
Con estas acciones, Yucatán continúa consolidando su compromiso con el patrimonio cultural inmaterial, impulsando una economía creativa que reconoce y dignifica el trabajo de las mujeres bordadoras.
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