• Con educación energética, más personas apoyarían la transición limpia.

Colaboración: Raúl Asís Monforte González.

Mérida, Yucatán a 28 de octubre de 2023

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Mérida, yucatán, 28 de octubre de 2023; Con frecuencia observo que existe mucha ignorancia energética entre las personas. Por supuesto que esta es una ignorancia inocente ya que nadie elige ignorar eso y mucho menos lo hace con el fin de causar algún mal a otras personas o instituciones.

Un porcentaje muy bajo de la población conoce lo que sucede más allá de la acometida eléctrica de su casa que hace llegar hasta ese punto la cantidad suficiente de electrones que harán funcionar casi todo lo que le proporciona calidad de vida, o lo que tuvo que pasar la gasolina desde que era petróleo crudo en un yacimiento de millones de años de edad hasta estar disponible para llenar el tanque de su automóvil en la bomba despachadora de la estación de servicio.

Pienso que si todos tuvieran la oportunidad de acceder a los conocimientos más básicos de cómo funciona este asunto de la energía, muchas más personas apoyarían decididamente una transición energética hacia energías limpias y renovables, pero que además sean generadas en el mismo sitio en donde será consumida esa energía, o lo más cerca posible.

En esto tendrían una responsabilidad muy importante las compañías suministradoras del servicio, que en méxico solamente es una para electricidad, la CFE, y una para hidrocarburos, PEMEX. Reconociendo esta necesidad de mejor educación energética, podría diseñarse un plan de comunicación claro, consistente y contundente, desprovisto de contaminación ideológica y patriotera, que cierre la brecha de conocimientos existente. Un mensaje que de manera proactiva incremente la sensibilidad y conciencia acerca de las diversas fuentes de energía, sus implicaciones sociales, ambientales y económicas, pero que además proporcione iniciativas para mitigar sus impactos, tanto en los bolsillos de los consumidores, como en las afectaciones al medio ambiente y la sociedad.

Resulta asombroso cómo los conocimientos energéticos pueden ser tan variados entre las personas de diferentes estratos generacionales, o de grupos políticos, nivel socioeconómico u otras variables demográficas.

Existe un grupo bien definido de personas que está de acuerdo y promueve una transición limpia en energía básicamente porque desea con ello lograr reducir las emisiones de carbono y así detener el cambio climático, a éstos no les importa que potencialmente esta transición los obligue a incurrir en un mayor costo de la energía, aunque en las condiciones actuales incluso el costo podría ser más competitivo. Otro grupo, solamente apoya una transición limpia si ésta es capaz de hacer bajar el costo de los energéticos que utiliza diariamente.

Por lo general, los más jóvenes apoyan con mayor énfasis las fuentes limpias y renovables de energía que los mayores, y las personas de ingresos más elevados también están a favor en un mayor porcentaje que los de ingresos bajos. En el ámbito político, la preferencia por las tecnologías verdes es mayor entre los grupos de derecha, que entre los de izquierda.

Aún con éstas disparidades, vale la pena el esfuerzo de ofrecer información imparcial, veraz y comprobable a todas las personas, a nadie le causaría ningún daño un poquito más de educación energética.