Pescadores artesanales de la Península de Yucatán se reunieron para compartir sus experiencias en el manejo de zonas de refugios pesqueros que les han permitido incrementar la abundancia marina y conservar los mares que son su principal fuente de ingresos.
Durante tres días, integrantes de cooperativas pesqueras de Campeche, Yucatán y Quintana Roo conocieron los esfuerzos que se hacen en lugares como Punta Allen, Banco Chinchorro y María Elena, para realizar una pesca responsable y atender desafíos comunes como la pesca ilegal y la disminución de especies pesqueras.

Los refugios pesqueros están considerados en la Ley General de Pesca y Acuacultura Sustentables como áreas delimitadas con la finalidad de conservar las zonas en donde se reproducen y crecen especies de interés pesquero. Son propuestos por las propias comunidades por un periodo de tiempo definido y se han convertido en una herramienta de conservación con beneficios pesqueros y sociales, permitiendo la diversificación de actividades económicas, como el ecoturismo y otras actividades no vinculadas a la extracción de recursos del mar.

De acuerdo con las y los asistentes, los refugios pesqueros han sido una herramienta fundamental para mejorar su actividad y tener un impacto social positivo que les permite diversificar sus ingresos con proyectos ecoturísticos, por ejemplo, así como involucrar a otros sectores de las comunidades como jóvenes y mujeres.

“El refugio pesquero nos ha traído oportunidades de autoempleo y participación en la economía de la comunidad”, comentó Mariela Gómez Dzib, líder de la cooperativa Mujeres del Mar de Punta Herrero, Quintana Roo, un proyecto creado por mujeres que dan hospedaje y alimentación a turistas interesados en conocer un pueblo de pescadores en la costa maya y realizar turismo de bajo impacto.

Victoria Jiménez, coordinadora general de la Alianza Kanan Kay, señaló que el intercambio de experiencias entre pescadores permite fortalecer a la pesca artesanal en México, a través de una red de personas dedicadas a esta actividad que son las primeras guardianas de nuestros mares.

“Este encuentro sirve de inspiración para pescadores y pescadoras de otras partes del país en donde los refugios pesqueros son una opción para conservar los ecosistemas marinos de los que dependemos todas y todos”, finalizó Miguel Rivas, director de Santuarios Marinos de Oceana en México.