Título: NOOR INAYAT KHAN, PRINCESA Y ESPÍA
Colaboracón: Franck Fernández – traductor, intérprete, filólogo

Las novelas de espías y las películas que tratan los mismos temas nos edulcoran el trabajo de estos personajes. El agente 007, sin lugar a dudas, cubre con un halo de fantasía, vida de lujos y placeres el trabajo de los espías. Pero no hay nada más lejos de la realidad. Famoso fue el caso de Mata Hari, que fue fusilada en París o, mejor dicho, a las afueras de París, en los fosos del castillo de Vincennes, acusada de espiar para los alemanes. Triste destino el de esta cortesana, que no se quería enterar que Europa estaba inmersa en una horrible guerra. Su única preocupación eran los hombres, de preferencia ricos y militares. Ella viajaba de capital en capital y, como a los ejércitos franceses les iba muy mal, fue utilizada como chivo expiatorio por los franceses, aunque nunca hubo ninguna prueba contundente contra ella de que en realidad espiara para los alemanes.

Todo este preámbulo es para hablarles de una bella mujer, Noor Inayat Khan. Ella era la hija mayor de un matrimonio formado por un príncipe indio, de religión musulmana, de familia de rancio linaje e inmensamente ricos. El padre de Noor, Hazrat Inayat Khan, era profesor de música y sufismo. El sufismo es una rama del islam que profesa el misticismo, el pacifismo y la tolerancia. Su madre era norteamericana, de Albuquerque. En uno de sus viajes a Europa conoció a Hazrat, huyó de su familia para casarse con el hombre al que amaba quien, además, era su mentor espiritual. La princesa Noor nació en el Kremlin el 1 de enero de 1914. Sus padres vivían en la fortaleza moscovita porque el padre enseñaba sufismo a la corte rusa. Al declararse la Primera Guerra huyeron a Inglaterra, donde vivieron varios años. Posteriormente se trasladaron a Francia, donde vivieron en un palacete de las afueras de París, en Surennes, que le entregó a la familia de 6 un mecenas francés seguidor del sufismo islámico. Noor tuvo la posibilidad de hacer sus estudios como cualquier chica francesa en escuelas de ese país, por lo que hablaba un perfecto francés, amén del inglés que había adquirido de su madre.

A la edad de 13 años murió el padre, sumergiendo a su madre en una grave depresión. Noor, la mayor de todos los hermanos, se vio en la necesidad de no solo ocuparse de la casa, sino también de su madre enferma y de sus tres hermanos. También tenía que trabajar para poder sustentar a su familia. Para esas fechas Noor era el hombre de la casa. Tenía la facilidad de escribir y rápido aceptaron sus cuentos y poesías para niños en la prensa parisina, así como en la radio. También llegó a publicar un libro que le produjo importantes ganancias basado en historias de la India. Este libro se publicó no solo en Francia en su versión francesa y también en los Estados Unidos e Inglaterra en inglés. Hizo estudios de psicología infantil en la Sorbona y supo sacar adelante a su familia. Era una chica de refinados gustos. Tocaba la vina, que es una especie de guitarra india, aunque su instrumento preferido era el arpa. Hacía dúos de arpa y piano con su hermana Claire. También estudió música y composición en el Conservatorio de París.

Así transcurría la vida de los Khan hasta que los alemanes invadieron Francia. La vida de esta familia, como la de millones de personas en Francia, sufrió un vuelco de 180°. Uno de sus hermanos decidió quedarse en Francia con la intensión de luchar contra el ocupante. Noor, junto con su madre y sus otros dos hermanos, lograron huir vía Burdeos hacia Inglaterra en el último barco de refugiados que salía para Inglaterra desde este puerto. Tenían la nacionalidad británica y eso facilitaba el viaje.

A pesar de las creencias pacifistas de la religión que practicaban, tanto Noor como su hermano Vilayat se integraron a la lucha contra el enemigo nazi. Vilayat entró como oficial en la fuerza aérea mientras que Noor entró a una escuela de transmisiones de radio. Su primera misión fue enviar vía radio mensajes a los aviadores británicos que bombardeaban los territorios ocupados por los nazis. Ante la cruel falta de transmisores de radio que operaban en la Europa ocupada, Churchill se vio en la triste necesidad de pedir que se prepararan chicas para esta muy arriesgada misión y enviarlas a la tierra enemiga para desde allá transmitir por radio todo tipo de información de inteligencia, trabajo propio de un espía. El 13 de junio de 1943 fue depositada Noor en avión desde territorio inglés una noche de luna llena junto con otras colegas en un campo cerca de la ciudad francesa de Angers. Su trabajo era transmitir desde París, sabiendo que las personas que se dedicaban a esta misión solo tenían una esperanza de vida de como máximo seis semanas.

Lamentablemente la red a la que pertenecía Noor fue denunciada por un agente doble que trabajaba tanto para los ingleses como para los alemanes. Todos sus compañeros fueron apresados de inmediato. Sin embargo, Noor, nunca se sabrá si por un gran golpe de suerte o por todas las precauciones que tomaba esta hermosa e inteligente mujer, no fue apresada. Logró transmitir información clasificada durante doces semanas, el doble de tiempo máximo de vida de un espía de esta naturaleza en territorio enemigo. En su momento era la única operadora de radio que operaba desde París.

Lo peor fue que no fue apresada por un error que Noor hubiera cometido ni por la suspicacia de los alemanes. Noor fue atrapada por una denuncia. La hermana de uno de los miembros de la red que se había presentado como voluntaria y no había sido aceptada por los ingleses la denunció por celos. El precio fue de 100 000 francos franceses, lo que era en aquella época muchísimo dinero, aunque los alemanes hubieran pagado incluso el doble por atrapar a esta espía. La belleza y la simpatía de Noor también influyeron a que esta traidora la denunciara.

Al 84 avenue Fosch, la más elegante avenida de París, fue conducida Noor puesto que en esta dirección operaba la sede de la Gestapo. Allí fue salvajemente torturada. Sin embargo, esta sofisticada, pacifista, culta, noble y hermosa mujer supo soportar todas las torturas. Nunca delató nada ni a nadie. Lamentablemente, al llegar de improviso a su apartamento, los alemanes no le diero tiempo para quemar sus cuadernos de transmisiones. A los seis meses de estar en París, sin haberle sacado ningún nombre ni ninguna información, ni siquiera su nombre clave (que era Madelaine), los nazis de la Gestapo decidieron enviarla a Alemania, a una prisión cerca de Karlsruhe. Meses más tarde, siempre sin denunciar a nadie, fue enviada al campo de concentración de Dachau, donde continuaron las torturas.

Mientras tanto, los alemanes, que habían logrado obtener toda la información de sus cuadernos, seguían transmitiendo desde su aparato de radio con el fin de tratar de obtener alguna información valiosa de parte de Londres y, al mismo, tiempo desinformar a los ingleses. Allá en Londres no sospechaban que no era Madelaine la que hacía las transmisiones.

Se cuenta que junto con otras tres espías fueron llevadas al fondo de los crematorios de Dachau. Allí las mujeres lograron darse las manos frente a un muro antes de ser fusiladas. Noor logró “Liberté”.

El principal torturador de Noor fue fusilado en julio de 1946 después de los juicios de Nuremberg. Se pudo reconstruir el destino de Noor y de sus colegas de fusilamiento gracias a las investigaciones que realizaron una de sus maestras y su hermano Vilayat. Por su valentía y el valioso aporte a la libertad, Noor Inayat Khan fue condecorada tanto con la Cruz de Guerra otorgada por Francia como la Cruz de San Jorge, siendo una de las 4 mujeres que la obtuvieron por su trabajo durante la Segunda Guerra Mundial.

Le invito a visitar mi canal de arte e historia en YouTube. Me encuentra como “Franck Fernández Historia”.