Título: La avispa italiana
Colaboración: Franck Fernández – traductor, intérprete, filólogo (altus@sureste.com)

Muchos dicen que los momentos de crisis son momentos de oportunidades. Y si hay una empresa que es el fiel reflejo de esta forma de pensar es la empresa Piaggio, empresa italiana. La marca nació tan temprano como 1884, dedicándose inicialmente a la construcción naval y ferroviaria. Con la llegada de la Primera Guerra Mundial, en la que Italia se unió a los aliados, comenzó la aventura aeronáutica.

Con la Segunda Guerra Mundial, al formar Italia parte del Eje y siendo las fábricas de Piaggio un importante centro de producción de material bélico no escapó de los bombardeos aliados para destruir la maquinaria de guerra italiana. Es así como las fábricas de Piaggio en Génova, Pontedera y Finale Ligure fueron bombardeadas. De 10 000 empleados que contaba la empresa, al terminar la guerra solo quedaban en plantilla 60. Para hacer más difícil la situación de la empresa, a Italia se le prohibió fabricar aviones, con la intención de que no pudiera nunca más en el futuro involucrarse en una guerra como la que acababa de terminar.

El hijo del fundador de la marca, Enrico Piaggio, se vio en la necesidad de reciclar su negocio. Es por eso que digo que los momentos de crisis pueden ser momentos de oportunidades. Todavía en 1943, cuando el futuro de la guerra era incierto, ya Enrico Piaggio tenía en mente la fabricación de un tipo de motocicleta, pero una motocicleta de tipo scooter, palabra que se pudiera traducir del inglés como “huidizo”. El prototipo recibe el nombre de Paperino, que es como en Italia llaman al Pato Donald por sus formas redondeadas y cómicas como las del personaje de Disney. Sin embargo, el prototipo no fue del gusto del Señor Piaggio. Entonces Enrico Piaggio se dirigió al diseñador aeronáutico Corradino d’Ascarnio para que retomara el modelo de la Paperino e hiciera algo más a su gusto.

Cuando se le presentó el nuevo prototipo, Piaggio exclamó: -Parece una avispa. Fue eso lo que le dio el nombre Vespa, que es como se dice avispa en italiano. El concepto del scooter ya había nacido algunas décadas antes, pero ninguno había llegado a tener las características de este diseñado por d’Ascarnio. Por ejemplo, era un coche ideal para las chicas, porque podían subirse al scooter sin necesidad de subirse sus faldas. Esta novedad se debe al hecho de que las dos piernas van juntas delante del cuerpo, sentándose el piloto en un sillín bastante cómodo debajo del cual se encuentra el motor. Inicialmente el motor de las Vespas era un motor de dos tiempos.

La Vespa desde sus inicios demostró todas sus excelentes características. Por ejemplo, permite pasar por una vía llena de lodo sin por ello ensuciar al conductor. Como prácticamente toda Europa, Italia quedó en ruinas después de la Segunda Guerra Mundial. La mayoría de las vías de comunicación habían sido destruidas, por lo que los coches en ocasiones no eran muy adecuados para pasar por ciertas vías dañadas, cosa que sí se podía hacer sobre este vehículo de dos ruedas. La crisis después de la guerra fue dura y larga para Italia. Los aliados concentraban sus esfuerzos en brindar la mayor parte de sus ayudas a la reconstrucción de Alemania y así demostrarle al enemigo vencido sus buenas intenciones. En estas condiciones, la Vespa fue el predilecto medio de locomoción de muchos italianos de la época, carentes que estaban de trabajo e ingresos, por su reducido coste, su bajo consumo y su confort.

Los inicios de la aventura fueron difíciles, como suele ocurrir muchas veces. Sin embargo, el previsor empresario Piaggio insistió en que se produjeran 2 000 ejemplares para su venta. Fue así como surgió un vehículo que estuvo marcadamente vinculado al nacimiento de la joven y democrática república italiana. Muy pronto entendió el previsor empresario la necesidad de exportar su vehículo creando franquicias en diferentes otros países. Primero en Europa: en Bélgica, Francia, Alemania, España, después en América en los Estados Unidos y Brasil y a ello le siguió la India y África.

También entendió Enrico Piaggio la utilidad de la mercadotecnia. Todos los nuevos conceptos del marketing eran utilizados por esta empresa. El cine contribuyó con mucho, en particular dos películas cultas. En 1952 se filmaba en Roma “La Princesa quiere vivir” o “Vacaciones en Roma”. Gracias a esta película, en la que el protagonista masculino fue Gregory Peck, Hollywood y el mundo conocieron la Vespa italiana y a la hermosa Audrey Hepburn en su primera película a la que seguirían muchas otras como gran y bella estrella de cine. Otra película que le dio gran publicidad internacional a la Vespa fue “La Dolce Vita” donde la hermosa sueca Anita Eckberg, con sus enormes pechos, se bañaba en las gélidas aguas de la Fontana di Trevi con el guapo Marcello Mastronianni.

A comienzo de los años 1960, la marca Piaggio se lanzó en la fabricación del “siempre pequeño” con un coche, el Piaggio 400. Sin embargo, este modelo no prosperó. Había dos inconvenientes: FIAT tenía su modelo 500, que se había establecido muy bien en este nicho, y ya comenzaba el boom económico de Italia y de toda Europa y no querían los clientes comprar un coche tan pequeño y barato.

Muchas otras empresas sacaron sus modelos de scooter queriendo imitar el éxito de la Vespa. Si bien hubo muchas imitaciones, ninguna marca nunca logró igualar el concepto de confort, modernidad y, al mismo tiempo, tradición de la Vespa. Siempre dentro del respeto de su modelo inicial, pero sabiendo modernizarse y adaptarse a los nuevos tiempos. Primero la Vespa pasó por la norma Euro 3, que prohibía a los fabricantes europeos construir motores de dos tiempos por ser muy contaminantes. En estos momentos ya se fabrica una Vespa eléctrica que permite cargar su batería en tan solo 4 horas.

En los años 1970, para adaptarse al gusto de los jóvenes de la época, los tristes colores con los que se pintaba hasta ese momento la carrocería de la Vespa dieron lugar a nuevos colores, primarios y alegres, pasando del rojo intenso al azul resplandeciente. Si bien hoy en día la Vespa es uno de los scooteres más caros que se venden en el mercado, no por eso dejan de tener el extraordinario éxito que siempre acompañó a la marca. La Vespa, la original, la de la marca Piaggio sigue siendo un vehículo de culto y el scooter más vendido en el mundo