• El TEA incluye un conjunto de alteraciones neurológicas que provocan dificultades en la comunicación y la interacción social

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Yucatán informa que el Trastorno del Espectro Autista (TEA), como se conoce actualmente, es una condición neurológica del desarrollo que se diagnostica en la niñez.

Se le llama “trastorno de espectro” porque diferentes personas con TEA pueden tener una gran variedad de síntomas distintos.

El TEA incluye un conjunto de alteraciones neurológicas que intervienen en el cerebro, lo que provoca dificultades en la comunicación y la interacción social, además de conductas o intereses distintos.

No se ha encontrado la causa real del TEA, aunque se cree que puede haber factores genéticos y ambientales que dan origen al padecimiento.

La mayoría de las personas con autismo no presentan alteraciones físicas, por lo que dificulta su detección así como la falta de indicadores biológicos que lo demuestren.

Es muy importante detectar el TEA de forma temprana, por lo que se debe llevar a las y los niños a consulta médica desde los primeros meses de vida y seguir con el “Control del Niño Sano”; de esta forma, se observará la conducta de la o el menor, así como su manera de interactuar y comunicarse.

Algunos indicadores tempranos son: no dice ninguna palabra al año de edad; no señala ningún objeto; no pronuncia palabras hasta los 16 meses, o frases de dos o más palabras hasta aproximadamente los dos años; no establece contacto visual correcto; alinea de manera excesiva los juguetes u otros objetos; no sonríe ni muestra receptividad social.

Indicadores tardíos: no tiene interés en hacer amigos; no es capaz de comenzar o mantener una conversación; es poco imaginativo a la hora de jugar; utiliza un lenguaje repetitivo; tiene rutinas y cualquier intento de modificarlas le genera angustia; muestra un apego excesivo a determinados objetos.

Es importante señalar que los indicadores mencionados pueden presentarse en mayor o menor grado en cada paciente, por lo que al ser canalizados con el especialista es posible que se le realicen pruebas para conocer sus habilidades cognitivas (atención, comprensión, abstracción, memoria, capacidad de aprender, comunicarse, entre otras).

Los niños con TEA tienen las mismas necesidades de apoyo y afecto, aunque no pueden expresarlo de la manera en que se acostumbra.

Actualmente, no existe un tratamiento estándar para el TEA; hay muchas maneras de maximizar la capacidad del niño para desarrollarse y aprender nuevas habilidades. Cuanto antes comiencen las terapias y/o tratamiento que el especialista señale, mayores son las probabilidades de tener más efectos positivos en los síntomas y las aptitudes.