Colaboración: Franck Fernández

Traductor, intérprete, filólogo

El coro de Santo Tomás de Leipzig

Si bien Washington es la capital y centro administrativo de los Estados Unidos, decididamente es Nueva York la capital desde muchos otros puntos de vista: comercio, finanzas, turismo y vida cultural. Este fenómeno también lo encontramos en el land (o estado) alemán de Sajonia, que es uno de los lands o territorios que actualmente forma parte de la RFA. Antiguamente Sajonia fue un ducado muy rico y de gran importancia política.

El Duque de Sajonia era uno de los príncipes electores. Los príncipes electores tenían la misión de escoger al que sería emperador del Sacro Imperio Germano Romántico, imperio que duró casi 1000 años hasta que Napoleón decidiera su disolución. La capital y residencia del Duque era Dresde, donde se acumuló una inmensa cantidad de maravillosas obras de arte, hermosos edificios y una riquísima colección de joyas. Por su parte, Leipzig espera la capital para las cuestiones de comercio. Desde el año 1165 se organiza en Leipzig una de las más importantes ferias comerciales de Europa, que se conoce en alemán como Leipziger Messe. No cabe dudas de que el comercio no es solo el hecho de poner en contacto a los productores de bienes con los consumidores, sino que es fuente de valor añadido y de riquezas para aquellos que lo realizan. También Leipzig, desde la invención de la imprenta, ha sido sede de grandes casas editoriales. Otra ciudad importante del Ducado de Sajonia fue Meissen, donde se produjeron las primeras porcelanas europeas rompiendo el monopolio que hasta ese momento tenían los chinos.

Pues bien, hasta que llegara Lutero, Sajonia era un país extremadamente católico y, debido también a la riqueza de la ciudad de Leipzig, esto ayudó a la creación y crecimiento de muchas grandes e importantes iglesias. Lamentablemente algunas de ellas desaparecieron con la Segunda Guerra Mundial cuando esta ciudad, junto con otras de Sajonia, fue severamente castigada por los bombardeos de la aviación aliada. Entre las iglesias que desaparecieron entonces están la iglesia San Juan y la iglesia de San Pablo. De pie quedaron otras: la iglesia de San Nicolás y la de San Tomás que, hoy en día, son el orgullo y el recuerdo de aquella época de esplendor de las iglesias de Leipzig.

La iglesia de Santo Tomás fue fundada por decisión y con financiamiento del Marqués de Meissen, Otón I, allá a finales del siglo XII. En 1212 se convirtió en monasterio de Santo Tomás de la orden de los agustinos y fue también en ese año que se fundó un coro de chicos para acompañar con su canto las frecuentes misas de los agustinos. Los jóvenes varones que eran recibidos para incorporarse al coro no tenían que ser precisamente jóvenes que se dedicaran con posterioridad a la vida religiosa. Todo niño vecino del burgo de entonces con condiciones para el canto era recibido. A la edad de 18 años dejaban de ser miembros de este coro. Desde entonces han pasado más de 800 años y el coro de Santo Tomás, Thomaneschor como se conoce en alemán, se ha labrado un gran reconocimiento y reputación internacional como uno de los más antiguos e importantes coros para niños dedicados casi exclusivamente a la música sacra.

Algo notable en este coro es que, entre los años 1723 y 1750, su director, también conocido bajo el nombre de “cantor”, fue el famoso compositor Johann Sebastian Bach. Bach no era sajón, sino que había nacido en la ciudad de Eisenach en la Turingia actual. Allí sus familiares eran conocidos músicos. De hecho, la familia Bach dio notables músicos y compositores por casi 200 años. Fue en Eisenach que Johann Sebastian comenzó sus estudios musicales y debido a su gran reputación fue aceptado en Santo Tomás. Buena parte de muy prolífica obra de Johann Sebastian Bach fue compuesta en esta iglesia de Santo Tomás. Allí compuso la mayoría de sus obras para órgano y las cantatas para el coro de niños cantores, las que componía al ritmo de una por semana. A Bach se le atribuyen 1127 obras musicales, todas en el estilo barroco de moda en esa época. Si se interpretaran todas estas obras seguidas una tras otra, se necesitaría una semana para su interpretación.

A la muerte de Bach, fue enterrado en una tumba anónima, aunque registrada, en los jardines de la iglesia de San Juan. Hacia el año 1800, esta iglesia fue restaurada y fue en ese momento en que se introdujeron los restos del gran maestro dentro del recinto de la iglesia. Ya para estas fechas Bach gozaba de un gran renombre internacional. Con los bombardeos a los que fue sometida la ciudad de Leipzig, la iglesia de San Juan fue destruida y en 1950 los restos de Bach fueron una vez más trasladados, pero esta vez a la iglesia de Santo Tomás, testigo de su trabajo como compositor y director del coro de niños durante 27 años ininterrumpidos.

Hoy la iglesia de Santo Tomás se visita como un alto exponente del gótico sajón. También se viene a Santo Tomás a escuchar los numerosos conciertos de órgano que allí se ofrecen y las presentaciones del coro de niños cada viernes, sábado y domingo con motivo de los servicios litúrgicos. La iglesia de Santo Tomás es la Meca de los organistas del mundo que quieren formar parte de esta historia, interpretar su música dentro de las paredes que escucharon las interpretaciones del gran maestro.

Después de la reunificación alemana en 1990, a la iglesia de Santo Tomás se la sometió a un gran trabajo de restauración. Había pasado un gran periodo de negligencia de casi 100 años a consecuencia de los eventos históricos que había vivido la ciudad de Leipzig. Los trabajos de reconstrucción se terminaron para el 28 de julio de 2000, cuando se celebró el 250 aniversario de la muerte del compositor. Dentro del marco de esta reconstrucción se agregó a Santo Tomás un nuevo órgano, más apropiado para interpretar la música barroca de Bach. A este órgano se le ha dado el nombre de Bach 2000.

El coro de niños cantores lleva en alemán el nombre de Thomaneschor y a los chicos se les llama Thomaner. Las edades para formar parte de este famoso coro van de los 9 a los 18 años, 92 en total. Son escogidos por sus facultades naturales y durante esos 9 años viven en un internado, la Thomas School. Como todo niño reciben una educación escolar, pero muy orientada hacia la música. Durante sus 800 años de historia, la Thomaneschor ha pasado por momentos muy difíciles, siendo los dos más recientes el periodo nazista y el comunista de esta ciudad de Leipzig. En ambos periodos, los cantores o directores del coro lograron sortear con bastante dificultad las ideologías de estos dos periodos y ahorrar a sus jóvenes pupilos inmiscuirse demasiado en política. En nuestros días, la Thomaneschor también realiza viajes al extranjero para mostrar su arte y no solo interpretan música de su ilustre antiguo cantor Johann Sebastian Bach, sino también de otros maestros de la música barroca.

Si tiene la posibilidad de visitar Leipzig puede venir a ver la iglesia de Santo Tomás, escuchar la Thomaneschor, estar presente en alguno de los muchos conciertos de órgano que allí se interpretan y llevar una flor a la tumba de Johann Sebastian Bach. A la iglesia de Santo Tomás vienen los organistas del mundo entero para recibir, como regalo supremo, la posibilidad de interpretar en los órganos de San Tomas, iglesia que fue el lugar donde el maestro interpretara sus preludios, fugas, corales y tocatas.